Una supernova que está estallando despacito, dentro de la Tierra

Conocer la historia térmica de la Tierra es importante. Explica muchas cosas acerca de lo que sucede hoy, pero también cuenta nuestro pasado. Saber cuánto calor aloja este planeta nos dice qué tipo de fuerzas operaron durante la época inicial de la Tierra, qué sucedía en ella, cuándo comenzó a funcionar como hoy lo hace, qué podemos esperar encontrar y qué no.

¿Puede ser útil averiguar cuestiones acerca de todo eso? Sinceramente, no lo sé. Pero si yo fuera un ingeniero químico, buscando desarrollar la fotosíntesis artificial (o cualquier otra forma de obtener energía imitando a diversos seres) creo que querría saber más cosas acerca de las condiciones bajo las que apareció lo vivo. Si yo quisiera diseñar un ser vivo, inventar la vida en el laboratorio, creo que también querría tener más datos sobre cómo fue el planeta. Igualmente me gustaría conocer todo lo que pudiera de ese tema si fuera un geólogo buscando yacimientos minerales profundos, aún no explotados.

Pero solo soy profesor. Y me gusta saber más de esto porque sí. Y contártelo por si a ti también.

Resulta que la Tierra se calienta en su interior por varios mecanismos. Alguno de ellos es discutido, otros están bastante más claros. Bueno, todo lo claro que puede estar algo que sucede en el interior del planeta, un lugar al que no vamos a llegar mañana para medir, no…

Entre los mecanismos claros de calentamiento del interior, la radiactividad. Y eso sucede porque hay átomos inestables que se rompen espontáneamente y, al hacerlo, liberan energía. Esa fuente se considera el principal responsable de que hoy la Tierra sea un planeta activo. La Tierra posee en su interior una notable cantidad de isótopos radiactivos de 228U, 235U, 232Th y 40K. Desde hace mucho tiempo son los que calientan el interior del planeta. Aunque, eso sí, en el pasado, en las etapas iniciales, cuando la Tierra era joven, pudo haber otros, de periodos de semidesintegración mucho más breves, como el 26Al, los cuales ya se han agotado.

¿De dónde vienen esos elementos radiactivos, que se están rompiendo y liberando energía? Decir que de los meteoritos que formaron la Tierra no es solución. Porque debieron llegar allí desde algún sitio.

Resulta que todos los elementos químicos, excepto el más sencillo de todos los que existen (H) y parte del segundo más sencillo (He) se forman en el interior de las estrellas. En un proceso que se llama nucleosíntesis. La nucleosíntesis es un proceso de fusión en el que chocan átomos y sus núcleos se unen para formar uno único y mayor. Así se van sumando protones y protones. Así se van creando nuevos elementos. Hasta el hierro (que es el más estable de todos los elementos químicos).

A partir de ahí, para lograr átomos más complejos que el hierro necesitan de fuerzas mayores que la de una estrella, por grande que esta sea. Se necesita que la estrella explote.

Se necesita una supernova.

Que explota y esparce al espacio todos esos átomos. Los más pesados y los más ligeros.

Todos esos átomos que te forman a tí, a la pantalla donde estás leyendo esto, a la silla en la que te sientas, a la comida que te comes. Todos esos átomos que se formaron gracias a un proceso de fusión dentro de estrellas. Una fusión que logró que núcleos más pequeños se sumaran, ser reunieran, se juntaran. En uno solo.

Todos los átomos más complejos que el Helio guardan en su interior pequeños bocaditos de la energía de una o varias estrellas que estallaron hace más de 5.000 millones de años. Algunos de ellos, los radiactivos, se están rompiendo en el interior del planeta. Poco a poco, lentamente. Calentándolo y haciendo que se muevan las placas tectónicas y erupciones volcanes,  se produzcan terremotos, cordilleras y océanos entre otros.

Enlace original: http://profeblog.es/blog/joseluis/

Acerca de A. Arrieta

Físico egresado de la Universidad de Córdoba con sede en la Ciudad de Montería. Magister en Física de la Universidad Nacional de Colombia con sede en la ciudad de Medellín. Docente del Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM) y docente adscrito a la Secretaría de Educación de Medellín. "Amarrar el conocimiento no te hace más sabio, en cambio compartirlo te hace más útil a la sociedad, trascender y no morir para siempre".
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