Descifrado el genoma del celacanto, el pez que (casi) no tuvo que evolucionar

El celacanto, uno de los animales más enigmáticos de nuestro reino animal, se ha despojado de parte de su misterio. Al menos, de sus secretos genéticos. Un equipo internacional de investigadores ha descifrado el genoma de este curioso pez y aporta pistas clave para conocer cómo los vertebrados abandonaron su hábitat submarino y se adaptaron a la hostilidad de la superficie terrestre. Su genoma también confirma lo que los científicos llevan años sospechando: los genes de los celacantos evolucionan de una forma más lenta que cualquier otro pez o vertebrado terrestre. «Quizá no han evolucionado porque nunca necesitaron cambiar», explica Jessica Alföldi, autora principal del mapa genético que se publica en la revista «Nature».

«Fósil viviente»

Estos peces son conocidos como «fósiles vivientes». Con 300 millones de años de historia a sus espaldas, son tan esquivos y escasos quedurante años se creían extintos. Hasta que en 1983 se capturó un ejemplar vivo en la costa oriental de Sudáfrica y cincuenta años más tarde se volvió a localizar en Indonesia.

Su aspecto recuerda a un pez prehistórico, detenido en la evolución, que parece estar a punto de sufrir una metamorfosis y cambiar sus aletas por patas y dedos. Por eso resulta tan especial su estudio, como un eslabón más en la evolución.

Su hábitat son las aguas profundas de la costa africana y de Indonesia, donde ha habido escasos cambios a lo largo de milenios. Y su organismo se ha adaptado a ese entorno inamovible y extremo de las profundidades marinas. «Pero no vive en una burbuja del tiempo; vive en nuestro mundo, por eso es tan fascinante descubrir que sus genes evolucionan con mayor lentitud que los nuestros».

Un genoma simple

Del estudio de su genoma se desprende que lo completan casi 3 millones de letras de ADN, un genoma más simple que el de otro animal clave en el paso del agua a la tierra: los peces pulmonados. Estos peces tienen pulmones funcionales y aletas con un apéndice carnoso a modo de mano del cual salen los radios de la aleta.

La sustitución de aletas por patas para poder caminar fue crucial en la evolución de los vertebrados (incluidos los humanos), aunque no fue el único cambio. Al pasar a tierra firme constituyó un paso crucial en esta transformación. Pero no fue el único. Tuvieron que desarrollar nuevas formas de respiración, luchar contra la gravedad, cambiar su audición… Esa drástica transformación para conquistar un nuevo mundo se puede intuir con el estudio de los genes de animales como el celacanto que permanecieron en el agua, en comparación con otros que se adaptaron a la vida en la Tierra.

Iluminar la conquista de la Tierra

En este estudio se observaron otros cambios sutiles que tuvieron que hacer. Uno de ellos fue el sentido del olfato, para detectar sustancias tóxicas; otro, la inmunidad, para hacer frente a nuevos patógenos y apuntan también a cambios en el aparato excretor y el ciclo de la urea. También se han identificado regiones genéticas relacionadas con el desarrollo de dedos, extremidades y de la placenta de los mamíferos.

Aunque sólo es el principio, los científicos creen que el genoma de esta criatura tan especial mostrará detalles de una evolución desconocida hasta ahora que iluminará la conquista de la tierra.

Fuente 

Acerca de A. Arrieta

Físico egresado de la Universidad de Córdoba con sede en la Ciudad de Montería. Magister en Física de la Universidad Nacional de Colombia con sede en la ciudad de Medellín. Docente del Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM) y docente adscrito a la Secretaría de Educación de Medellín. "Amarrar el conocimiento no te hace más sabio, en cambio compartirlo te hace más útil a la sociedad, trascender y no morir para siempre".
Esta entrada fue publicada en Noticias Generales. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario